Estas organizaciones, entre ellas la CLADE, hacen pública una declaración en la que piden a los inversores que dejen de apoyar a Bridge International Academies, una compañía que mantiene más de 500 escuelas privadas en el Sur Global con el apoyo de donantes e inversionistas internacionales
Se da a conocer esta declaración dos años después de la difusión de otra similar que fue dirigida al Banco Mundial. El documento fue firmado por una amplia gama de organizaciones de 50 países diferentes, incluyendo organizaciones de derechos humanos, de desarrollo, comunitarias y religiosas, así como sindicatos, lo que demuestra que son crecientes y de gran alcance las preocupaciones con respecto a las operaciones de las Bridge Academies.
La declaración presenta pruebas y análisis comparativos publicados en los últimos dos años, incluyendo investigaciones independientes de periodistas, que plantean serias preocupaciones con respecto a la transparencia de la Bridge y su relación con los gobiernos, así como las condiciones laborales y el incumplimiento de los estándares educativos en sus escuelas. Destaca, asimismo, los casos de Uganda y Kenia, donde Bridge ha implementado escuelas de forma ilegal, sin haber cumplido hasta el momento los estándares de educación nacional. En ambos los países se ha determinado que las escuelas Bridge cerraran sus actividades.
“La calidad de las escuelas de Bridge no ha sido evaluada independientemente. En cualquier caso, la ganancia sobre los resultados del aprendizaje nunca podría justificar las prácticas impactantes que se han documentado en esta declaración. ¿Qué puede justificar, por ejemplo, el tratamiento dado a las y los docentes sin licencia y que no están registradas/os, a quien se les niega un salario digno, mientras trabajan más de 60 horas por semana?”, reaccionó Linda Oduor-Noah, del Centro de Derechos Humanos del Este Africano, en Kenia.
La declaración también explica por qué la cadena Bridge no ha beneficiado a las personas más desfavorecidas que se proponía a atender, debido a los altos costos y los impactos negativos para las familias de quienes accedían a las escuelas. Un estudio señaló que entre el 69 y el 83 %de los padres y madres de estudiantes de la Bridge tenía dificultades para pagar su alquiler, proporcionar alimentación a su familia, o acceder a la atención médica debido a los altos costos de la escuela.
“En lugar de los 6 dólares mensuales, afirmados por la compañía, los costos totales para asistir a una escuela Bridge están más cerca de los 20 dólares al mes. No sólo estos costos son inalcanzables para una gran parte de la población de nuestros países donde Bridge opera, sino que la cuota anunciada es engañosa”, dijo Salima Namusobya, de la Iniciativa para los Derechos Económicos y Sociales en Uganda.
El documento también subraya la resistencia de Bridge al escrutinio público y sus intentos de limitar la transparencia de sus actividades, basándose en la reciente carta del Comité de Desarrollo Internacional del Parlamento británico al Secretario de Estado, que también planteó esta cuestión.
“Hemos visto cómo en Liberia, Bridge, que forma parte de un acuerdo de alianza público-privada con el Estado, ha operado en total secreto, desafiando las normas de contratación pública y socavando la evaluación independiente de su funcionamiento por parte de la sociedad civil. Esta tendencia se confirma en otros países, donde Bridge ha estado involucrada en la detención de un investigador independiente, en el silenciamiento de los sindicatos, en la resistencia a la evaluación externa de sus actividades y más. Esta es una compañía de educación global envuelta en secreto, lo que es extremadamente preocupante”, agregó Anderson Miamen, de la Coalición para la Transparencia y Responsabilidad en la Educación de Liberia.
En este contexto, las organizaciones que firman la declaración exhortan a los inversionistas y donantes para que cumplan con las obligaciones de diligencia debida y dejen de apoyar a la Bridge. Las organizaciones mencionan una serie de otras recomendaciones sobre la necesidad de cumplir las leyes y normas nacionales, la transparencia, la rendición de cuentas, el tratamiento de la sociedad civil y la reorientación de los fondos a programas que promuevan la equidad en la educación.
“Es importante reconocer que la mayoría de los inversores está realmente tratando de hacer una diferencia en la vida de los niños y niñas que viven en la pobreza. Compartimos estas preocupaciones y reconocemos la necesidad de grandes mejoras en la educación. Sin embargo, hay ahora pruebas significativas de que invertir en la cadena Bridge no es una forma eficaz de mejorar el acceso, la equidad y la calidad de la educación, que debería ser el objetivo de cualquier iniciativa educativa dirigida a los más desfavorecidos. Acogeríamos con gratitud la oportunidad de explorar alternativas con donantes e inversores para identificar formas más eficaces de invertir de manera sostenible en la provisión de educación de calidad para todos los niños y las niñas que viven en la pobreza “, concluyó Chikezie Anyanwu, de la Campaña Mundial por la Educación.
Esta última declaración se debe a las reiteradas preocupaciones sobre el crecimiento acelerado y no regulado de ciertos proveedores privados de educación, en particular los comerciales, como Bridge. En mayo de 2015, 116 organizaciones habían publicado una declaración en la que expresaban su preocupación por los datos engañosos sobre los costos y la calidad de las escuelas Bridge. Desde entonces, las pruebas presentadas en la declaración, que fueron encontradas en distintas fuentes, incluyendo la ONU, un informe parlamentario del Reino Unido, investigaciones e informes de medios independientes, han confirmado esas preocupaciones y han despertado una alarma sobre la grave brecha entre las promesas de Bridge y la realidad de su práctica.
Lea aquí la declaración completa (en inglés) o aquí un resumen (en español).