Los llamados Colegios en Concesión (CEC) son un tipo de Alianza Público Privada en educación que ha sido implementado en Colombia al final de los años 1990, bajo la idea de promover la eficiencia en la gestión escolar y mejorar la calidad educativa. Sin embargo, una investigación reciente realizada por el Grupo de investigación Globalización, Educación y Políticas Sociales (GEPS) de la Universitat Autónoma de Barcelona y la organización colombiana Fundación Escuela para el Desarrollo, revela que dichos colegios han generado segregación socioeducativa y empeoramiento de las condiciones laborales de las y los docentes; mirando en perspectiva a dichos establecimientos, el equipo de investigación evalúa que tampoco la promesa de calidad se ha cumplido. #Contracorriente entrevistó a Andreu Termes y Lizeth López, integrantes del equipo que realizó el estudio, para compartir algunos de sus hallazgos.
Esta entrevista es parte del Especial: "La educación privatizada" Para la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), conocer y contrarrestar las distintas formas de privatización en la educación en América Latina y el Caribe, y en particular sus riesgos e impactos para la realización del derecho humano a la educación, es una tarea urgente. En esa serie de entrevistas, #Contracorriente presenta las conclusiones y puntos de vista de investigadoras/es sobre el tema, cuyos estudios lanzados en el 2015 permiten conocer mejor los contornos de este fenómeno en nuestra región. Las entrevistadas y entrevistados comentan puntos como los impactos de las Alianzas Público-Privadas en la educación, las consecuencias de la comercialización de servicios educativos en el mercado de acciones, y también el hecho de que las tendencias hacia la privatización se encuentran profundamente respaldadas por los medios de comunicación hegemónicos. Dichas investigaciones han sido realizadas con el apoyo de la Iniciativa de Investigación sobre la Privatización en la Educación (PERI, por su acrónimo en inglés), de Open Society Foundations, mediante una convocatoria que contó con los aportes de la CLADE. ¡Acompáñenos!
Lea la entrevista, a continuación.
¿Qué son los Colegios en Concesión? ¿Cómo se caracterizan en materia de estructura, alcance y objetivos político-pedagógicos?
Andreu Termes [AT]: La idea básica de los Colegios en Concesión es lo que se ha llamado Alianza Público Privada, es decir, son los colegios de titulación pública y financiación pública que están gestionados por entidades privadas. Ese modelo, que es relativamente habitual en muchos países, se empieza a implementar en la ciudad de Bogotá, en Colombia, en 1999 gracias a la participación y al énfasis político que harán dos personas con un peso político muy especial, que es, en primer lugar, el alcalde de Bogotá en la época, Enrique Peñalosa, y, después, Cecilia Vélez, que está primero en la Secretaría de Educación y después en el Ministerio de la Educación colombiano. Los Colegios en Concesión que, como le digo, se basan en esa colaboración público-privada, están situados en zonas deprimidas y vulnerables de la ciudad de Bogotá.
Lizeth López [LL]: Los objetivos de esos colegios, que precisamente explicaba la que fue Ministra de la Educación, Cecilia Vélez, eran primordialmente dos: [1] ampliar la oferta educativa a grupos vulnerables en áreas marginales de las ciudades; y [2] lograr una mejora, un aumento en la calidad, básicamente con dos cosas: mayor atención y mejor aprendizaje y había una preocupación con que se pudiera medir sus resultados. Había otros objetivos, como conservar las condiciones de materiales, también elevar algunos índices, como los de acceso y de atención a los niveles académicos. Una característica de esos centros educativos es que tienen el ciclo completo, desde el grado cero hasta el último de la educación secundaria, y otra característica es la infraestructura o la dotación que se dió, es decir, son colegios construidos por el Distrito con algunas ventajas materiales.
AT: Ese aspecto es fundamental en un contexto, digamos, empobrecido y dónde la sola presencia de colegios de nueva planta con infraestructura moderna, materiales pedagógicos y nuevas tecnologías inmediatamente genera un impacto y una especie de ‘distinción’ en relación con otros colegios públicos de la zona, también de titularidad pública pero que son muy distintos a este nivel de infraestructura y materiales.
LL: Otra característica que me parece muy importante es que las organizaciones a las cuáles se concesionó esos planteles debían ser entidades sin ánimo de lucro. A pesar de que tuvieran sus actividades económicas en otras áreas, al obtener la concesión de estos colegios había una prohibición de sacar algún provecho económico que significara lucro. También había algunos requerimientos de ofrecer servicios, como la jornada completa, que entonces estaba solamente en algunos colegios. Otra característica son los resultados académicos, desde que se firmaron los contratos de las concesiones los colegios debían demostrar que lograban ciertos resultados académicos en términos de indicadores y también desde una prueba estandarizada que se hace aquí en Colombia, que es aplicada directamente por el Estado a través del Instituto Colombiano de Fomento a la Educación Superior (ICFES) y que ahora se conoce también como Prueba Saber.
AT: La idea fundamental que está por detrás de la aplicación de este programa es la autonomía escolar en un doble sentido, por un lado pedagógico, por otro lado gerencial, con la confianza de Cecilia Vélez en la superioridad del sector privado sobre el sector público. Esta autonomía pedagógica-gerencial debía permitir, supuestamente, que los Colegios en Concesión fueran más innovadores pedagógicamente y con un manejo económico más eficiente de los recursos económicos, y aquí se incluye también el manejo de los recursos humanos, de la planta docente, de la situación laboral del profesorado etc.
Hoy en día hay más evidencia sobre los riesgos de la llamada endo-privatización. Este término, de Stephen Ball, indica la adopción de lógicas privadas en lo público, lo que también se entiende como un tipo de privatización encubierta. ¿Cómo los Colegios en Concesión ilustran ese fenómeno y qué tipo de cuestionamiento suscitan al respecto?
AT: Yo creo que esto está en el núcleo del programa. Uno de los objetivos principales de los Colegios en Concesión es incorporar el quehacer de la gestión privada en lo público. Desde la óptica de quiénes implementan esa reforma, que se basa en una crítica muy fuerte al sector público colombiano, al profesorado colombiano y, en particular, a los sindicatos de profesoras/es colombianas/os, ese ataque se traduce o se sustenta en la idea que la gestión de los colegios públicos es burocrática, ineficiente, que hay una especie de acomodamiento del funcionariado y del profesorado. Entonces, la idea es darle autonomía a los Colegios en Concesión para implementar la endo-privatización. Lo que nosotros demostramos con una importante base empírica es una historia que está muy silenciada en la literatura del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): en el fondo, la endo-privatización de los CEC es se traduce fundamentalmente en un empeoramiento brutal de las condiciones laborales del profesorado; muchas más horas, mucho menos estabilidad laboral, contractos de 11 meses, peores salarios y, por lo tanto, una relación pesos/hora muchísimo menor y, en último término, lo que es políticamente muy relevante, es la oposición de las directoras/es de esos colegios a cualquier intento de sindicalización del profesorado. Nuestros datos apuntan que si ¾ partes del profesorado del sector público, a grosso modo, está sindicalizado, este porcentaje es tan solo como el 7% en los Colegios en Concesión. Lamentablemente la eficiencia económica es una forma más de referirse eufemísticamente al empeoramiento de las condiciones laborales del profesorado.
LL: Entre las implicaciones que tiene la inclusión del sector privado en la educación, yo añadiría otras dos cosas: la primera es que, si bien la no generación de lucro es una de las condiciones para otorgar estas concesiones, si no se puede demostrar completamente que haya lucro, tampoco se puede demostrar lo contrario. Esta es una percepción que tenemos cuando nos acercamos de esas comunidades, y además por la trayectoria que tienen las organizaciones concesionarias. Un ejemplo que, para mi es más claro, es el de las cajas de compensación familiar, que aquí en Colombia tienen una función en el sistema de seguridad social con el objetivo de ofrecer servicios a las trabajadoras y trabajadores, como subsidios, por ejemplo una de esas cajas de compensación familiar es Colsubsidio, que tiene un portafolio bastante amplio, con supermercados, droguerías, negocios en turismo y una línea de créditos en el área de educación y salud, entre otros. Dentro de los servicios que ellos ofrecen en educación, incluyen a los Colegios en Concesión que administran, ya que Colsubsidio es uno de los concesionarios participantes del proyecto. Sería interesante hacer un rastreo de hasta dónde ciertas organizaciones podrían estar ofreciéndose o comprándose a sí mismas servicios educativos y de administración con los recursos públicos de los Colegios en Concesión.
En segundo lugar, la incursión de estas prácticas y de toda la lógica privada en la educación supone también un cambio en la percepción de qué es la educación, de qué deben hacer las profesoras/es, de qué debe hacer el Estado, y en la percepción que tienen incluso las familias, las y los estudiantes, de la educación. Entonces, esto implica también un cambio y una reforma en los currículos. Los Colegios en Concesión tienen autonomía pedagógica para crear sus propios proyectos pedagógicos. Evidenciamos que en algunos casos – incluso de manera muy fuerte y preocupante –, hubo una adaptación de esos currículos, que se volvieron demasiado empresariales, sirviendo como dispositivo para anclar las lógicas del privado, las lógicas empresariales en detrimento de lo público, de lo colectivo.
¿Cómo evaluar el impacto de los Colegios en Concesión?
AT: Si uno piensa en términos de un país como Colombia, su impacto no es tanto cuantitativo, porque son muy pocos – solo 25 colegios en Bogotá y 70 en el país. Pero ellos tienen impacto en la medida que son un laboratorio a través del cual se puede experimentar reformas que tienen una potencialidad de ser aplicadas a gran escala en otros niveles. No sólo en esos 25 colegios empeoran las condiciones del profesorado, sino que pueden ser utilizados como punta de lanza para fomentar aún más la gestión privada de la educación pública, lo que implicaría un cambio del rol del Estado, que dejaría de ser el proveedor de la educación y pasaría a ser simplemente un financiador de la educación. Hay también un tipo de impacto mundial, pues los Colegios en Concesión han tenido una gran visibilidad en la literatura académica internacional, en informes del Banco Mundial, del BID, UNESCO, etc.
¿Hay proyectos de ley y programas que apunten a una tendencia a extender el sistema de concesión?
LL: Si bien en el nivel legislativo, no hay ninguna iniciativa en Colombia que pretenda extender el modelo de concesión educativa a una gran escala en el país, me parece importante decir que en realidad aún en la educación pública, las lógicas de esa administración privada se están implementando desde la gestión y, en general, en todo el sector público, lo cual significa que también hay que cuestionar que en el mismo sector público, a veces, se está metiendo a los colegios en las lógicas de la educación privada.
AT: Los Colegios en Concesión y otras Alianzas Público Privadas son una cosa que el Banco Mundial y otras entidades están promoviendo [por ejemplo, aquí y aquí]. Lo que tenemos que entender en términos de economía política para ver como funciona ese emprendimiento es que esas reformas tienen un carácter muy parcial y fragmentario, lo cual las hace más difíciles de combatir, es decir, son habituales reformas de carácter local, un colegio aquí, un colegio allá. Pero las escuelas charter ,en particular, y las alianzas público privadas están en la orden y están siendo promovidos por importantes agentes internacionales.
Uno de los argumentos de aquellas personas que defienden la privatización y las Alianzas Público Privadas es que supuestamente la calidad sería superior en los colegios privados o público-privados. ¿Esto procede en el caso de los Colegios en Concesión?
AT: Uno de los puntos más chocantes y al mismo tiempo más interesantes de nuestra investigación es que esta aparente superioridad académica no está comprobada, si uno tiene en cuenta otras variables igualmente importantes. Esto es: los Colegios en Concesión parten de una ventaja comparativa brutal en relación a los colegios públicos: tienen una mejor infraestructura, una menor ratio estudiante-docente y, lo que es más importante, tienen una jornada completa, mientras que los otros colegios públicos no. Por lo tanto, si uno analiza la cuestión desde una óptica más general, se da cuenta que lo que pasa es que tienen una situación de ventaja comparativa. No quiero entrar en muchos detalles, pero realizamos un análisis estadístico en una técnica que se llama análisis de regresión múltiple para ver el peso de cada variable independiente a la hora de explicar el resultado de esas pruebas estandarizadas (ICFES/Saber). Lo más importante es el status socioeconómico de las personas y la jornada de las escuelas (si es jornada única o tiene más de una jornada ) – y eso era mucho más importante de que el tema de si era un colegio privado o gestionado públicamente. Por lo tanto, es pertinente responder a la pregunta teniendo en cuenta esa situación de ventaja comparativa. Cuando se quita esa ventaja comparativa, la calidad es la misma, a pesar que los defensores del modelo digan el contrario.
LL: Cuándo preguntamos sobre la calidad en el colegio, madres y padres, estudiantes y docentes se referían a cosas que tenían que ver con, por ejemplo, la identidad, con el ethos de los Colegios en Concesión, si tienen una disciplina, si están más apegados a la fe o no tanto, de cómo las niñas y niños se comportaban. Es una cuestión que no está relacionada con los resultados en términos cuantitativos, y mucho con el compromiso de las y los docentes, porque cuándo nosotros les pedíamos a ellas/os, a las y los mismas/os docentes de los Colegios en Concesión, a las madres y padres de familia, a las rectoras/es y también a las y los estudiantes que definieran cuáles podrían ser las diferencias más importantes que ellos reconocían que había entre los Colegios en Concesión y los colegios del Distrito, casi siempre mencionaban la labor que hacían las y los docentes: decían que en los Colegios en Concesión las profesoras y profesores eran mucho más comprometidas/os, tenían más vocación, hacían más acompañamiento a las familias.
El tema de las relaciones público-privado en educación es delicado en la medida en que toca en puntos muy sensibles, como la segregación socioeducativa y la cuestión misma de los sentidos de la educación como un derecho humano. ¿Qué tipo de evaluación de puede hacer de los Colegios en Concesión al respecto?
AT: Una consecuencia no deseada, pero sí esperable, es que la implementación de los Colegios en Concesión ha aumentado muchísimo la segregación escolar en las zonas. Si en el contexto de una situación socioeconómica más o menos homogénea, se introducen colegios con financiación pública, pero que tienen unas características muy distintas, se está generando una brecha profunda, desigual y discriminatoria. Y de hecho, cuando se iniciaron los Colegios en Concesión, que eran los colegios nuevos, con mejor dotación, con mejores materiales, que ofrecían la jornada completa, esa superioridad se justificaba políticamente a través del principio de la discriminación positiva, es decir, originalmente estos colegios deberían ser para las y los estudiantes más pobres y de mayor vulnerabilidad. Sin embargo, esto no ha sido así, porque los Colegios en Concesión sistemáticamente se han dedicado a seleccionar el alumnado. Esa situación diferenciada, junto con la selección del alumnado por parte de los Colegios en Concesión, ha generado una gran segregación en sectores del sistema educativo bogotano.
LL: Debemos recordar las características de las organizaciones a las cuales se les entregó esas concesiones, por ejemplo, las organizaciones religiosas que obviamente utilizan esas concesiones, esos colegios y las comunidades de esos colegios para llevar a cabo su proyecto religioso. Y las organizaciones que no eran religiosas tenían un interés corporativo, de ajustar la educación a los valores, a los intereses, a las tendencias que hoy en día aparecen como una educación para el trabajo, una educación por competencias, una educación que educa a las niñas, niños y jóvenes únicamente para que puedan tener acceso a una vida laboral y que les está inculcando desde la edad más temprana con la idea de que la educación sirve en la medida en que tenga una orientación empresarial o que sirva para la inserción laboral.
AT: El punto que merece atención es que, con los Colegios en Concesión, se pasa de un paradigma de educación como un derecho humano a otro paradigma, en que se valora la educación como generadora de capital económico. Y eso se vincula con todas las teorías del capital humano, con lo que a nivel académico, por ejemplo, son las tasas de retorno económico de la educación. Y en ese tránsito hay de fondo un debate sobre lo que es la educación, si un derecho o un solo medio o herramienta para alcanzar una mejor exigencia económica tanto individual como colectiva.
Teniendo en cuenta el paradigma de la educación como un derecho humano, ¿qué es más importante: fortalecer la educación pública o invertir en Alianzas Público Privadas, como los Colegios en Concesión?
LL: Esa implementación que se hizo de los Colegios en Concesión fue una manera de aplicar el modelo neoliberal en la educación colombiana. Hoy en día, después de 15 años de implementación de ese modelo, la actual administración pretende hacer que estos colegios retornen a la administración pública – de hecho no se renovaron las concesiones a varios colegios –, como forma para poder aumentar la calidad y el acceso a la educación pública como un derecho. Por otro lado, es cierto que la educación pública necesita una reforma, pero no por la vía de la concesión, ni por la vía de la entrega a la iniciativa privada.
AT: A mi me parece que la iniciativa de los Colegios en Concesión es equivocada. Esto no quiere decir que los Colegios en Concesión sean terribles, ni que debamos demonizarlos, porque hay gente trabajando muy buena y muy honesta que cree en lo que hace y quiere ayudar. Sin embargo, cuando uno está en la administración pública, tiene un deber con el interés general y colectivo. Desde mi perspectiva, la educación pública colombiana tiene muchísimos problemas más urgentes que dedicarse a un proceso de sofisticada ingeniería social que tiene lógicas perversas de segregación escolar, que tiene lógicas perversas de empeoramiento de las condiciones del profesorado. En ese sentido, concentrarse en el tema de aumentar las plazas escolares en la educación pública, disminuir la ratio estudiante-profesor y, por lo tanto, contratar más profesorado, abrir más escuelas públicas, evidentemente, tendría unas consecuencias mucho más tangibles para la población vulnerable de Bogotá.