Archivo de la categoría: Coyuntura

Lo que sabemos – y no sabemos – sobre el impacto de la escolarización privada en los países en desarrollo

El equipo de investigadoras/es que produjo el estudio The role and impact of private schools in developing countries, del Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) de Reino Unido, responde a las críticas que la investigación recibió de James Tooley y David Longfield

Fuente: Con informaciones de UKFIET

Foto: Ministerio de Relaciones Exteriores de Kenia (extraída de UKFIET)

Foto: Ministerio de Relaciones Exteriores de Kenia (extraída de UKFIET)

Un equipo de 10 investigadoras/es, formado por Laura Day Ashley, Claire Mcloughlin, Monazza Aslam, Jakob Engel, Joseph Wales, Shenila Rawal, Richard Batley, Geeta Kingdon, Susan Nicolai y Pauline Rose, acaba de difundir un comunicado en el que comenta la producción del informe The role and impact of private schools in developing countries (el papel y el impacto de las escuelas privadas en los países en desarrollo, en traducción libre), que elaboró para el Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID), de Reino Unido. El mismo comunicado también trata de responder a las críticas que dicho estudio recibió de James Tooley y David Longfield, en otro informe publicado por Pearson Education [sepa más aquí].

Lo que sabemos – y no sabemos – sobre el impacto de la escolarización privada en los países en desarrollo es el título del comunicado que busca reforzar la importancia del estudio de DFID para ordenar las evidencias existentes y disponibles respecto al papel de la educación privada en la formación de las personas de mayor vulnerabilidad social en los países en desarrollo, como también evaluar el impacto que ese tipo de educación puede tener en la vida de dichas personas y en la superación de las desigualdades. El estudio de DFID, al final, discute las relaciones entre la privatización y el desarrollo a partir de las evidencias disponibles, tema este que viene suscitando fuerte interés político en los ámbitos nacional e internacional y que ha sido el foco de una serie de investigaciones recientes (59 de las cuales se analizan en el informe).

Mientras Tooley y Longfield expresan la opinión de que la calidad de la educación privada es superior a la de la educación pública, los 10 expertos/as contratados por DFID demandan cautela. “Con base en ese proceso riguroso, nuestra revisión identificó que llegar a conclusiones generales sobre el impacto de la escolarización privada es difícil en razón de la diversidad del sector privado de educación, de las brechas significativas en la evidencia, y del hecho de que raramente se puede generalizar la investigación disponible más allá de su contexto específico”, dicen en su texto-respuesta.

El mismo equipo se muestra sorprendido por el informe de Pearson que, según afirman, no tomó en cuenta los puntos de coincidencias de opinión entre los dos informes, ni el rigor con que se realizó en estudio de DFID.

James Tooley es hoy uno de los mayores defensores de la educación privada y de la reducción del papel del Estado en la educación. Pearson Education, a su vez, es uno de los mayores conglomerados en el mercado de educación privada y en el mercado editorial en el mundo.

A pesar de la visibilidad adquirida por el tema a partir del debate entre los dos informes, es fundamental percibir que tienen amplitud restricta, una vez que enfocan prioritariamente algunos países del Sur de Asia. De esa manera, no se debe tomar ni uno, ni otro, como representativo de un contexto mundial más amplio.

Lee aquí el comunicado del equipo de investigación contratada por DIFD (en inglés).

Descarga el informe de DFID (en inglés).

Lee el informe de James Tooley (en inglés).

 

Comité de la ONU insta a Chile a explicarse sobre cuándo pondrá fin a la segregación educativa y abandonará el sistema de vouchers

Foto: Orealc UNESCO/Santiago

Foto: Orealc UNESCO/Santiago

En una Lista de Asuntos publicada el 5 de Marzo, el Comité por los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (CDN), ha solicitado formalmente al gobierno de Chile que explique los impactos de la privatización de la educación y sus medidas para “asegurar que se ponga fin a la segregación del sistema educativo y garantizar el derecho a la igualdad y a la no discriminación tanto en el acceso a la educación como dentro de las escuelas”.

En el párrafo 14 del mismo documento, el Comité solicita al Estado chileno que se sirvan a “detallar si se plantea eliminar el sistema de bonos así como los procesos de selección de estudiantes en todos los colegios públicos, subvencionados y privados”.

El CDN destacó en su listado de preguntas uno de los problemas clave del sistema educacional chileno: los vouchers (bonos), a través de los cuales el Estado subsidia colegios privados, entendiendo la educación como un mercado. Sumado al sistema de selección de estudiantes en las escuelas, este sistema ha llevado a Chile a tener el sistema educacional con los más altos niveles de segregación por grupos socioeconómicos en el mundo. El gobierno está actualmente reformando el sistema educacional para responder a algunos de estos temas, siguiendo las demandas de las protestas estudiantiles del 2011.

La inclusión explícita del sistema de vouchers, la selección de estudiantes y segregación como parte del listado de preguntas representa un importante avance. Además de incorporar elementos claves en relación a las reformas en Chile, esta es una importante señal para otros Estados, como el de Marruecos, que están explorando la posibilidad de adoptar un sistema de vouchers similar al chileno.

La lista de asuntos presentados por el CDN es consecuente con un informe presentado por una coalición de organizaciones chilenas y extranjeras llamando la atención sobre los posibles efectos de la privatización de la educación en Chile y el cumplimiento de los derechos humanos. El informe fue preparado por la Clínica de Derechos Humanos de Sciences Po Paris y la Iniciativa Global por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, trabajando en asociación con el Foro por el Derecho a la Educación – Chile, la Red de Estudios para la Profundización Democrática, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la Iniciativa de Investigación sobre la Privatización en la Educación, el Proyecto sobre el Derecho a la Educación, la Internacional de la Educación, la Campaña Mundial por la Educación, y el Equal Education Law Centre.

En Diciembre de 2014, otro ente de la ONU, la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) ya había llamado la atención sobre los mismos temas, en línea con otro informe presentado por la misma coalición de organizaciones. El CDESC solicitó al Estado de Chile dar cuenta de “medidas adoptadas por el Estado parte para eliminar los sistemas de cobro y selección que restringen el acceso a la educación de forma equitativa, e indiquen qué pasos concretos ha emprendido el Estado parte para disminuir la brecha de desigualdad generada por el actual sistema de educación”.

Las organizaciones involucradas en este informe están listas para contribuir al debate de la reforma educacional en Chile. Seguirán trabajando en estos temas con la sociedad civil chilena en los próximos meses, dado que el Estado de Chile debe responder por escrito las preguntas al CDN el 15 de Junio de 2015. El Estado de Chile será luego revisado formalmente por el CDN durante su 70ª sesión, en presencia de representantes del gobierno, entre el 14 de septiembre y el 2 de octubre de 2015, siguiendo las observaciones concluyentes del CDN. Antes de esto, Chile será también revisado por el CDESC, el 9 y 10 de junio de 2015.

Recursos: 

Descarga aquí el Informe alternativo presentado al Comité o su Resumen Ejecutivo, aquí

Vea la Lista de Asuntos publicada por el CDN aquí

Los gobiernos no deben delegar la responsabilidad de la educación básica para el sector privado, dice experto de la ONU

Ginebra (12 de febrero de 2015). “La educación básica gratuita y de calidad es un derecho humano fundamental de todos, y los gobiernos no deben delegar esta responsabilidad en el sector privado”, dijo hoy el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la educación, Kishore Singh.

Fuente: Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU

Foto: Teacher for EFA

Foto: Teachers for EFA

El llamado del experto viene en respuesta a la discusión de las autoridades africanas de educación sobre, entre otros temas, la posibilidad de reducir el gasto público en educación, promoviendo la expansión de la educación privada, durante la Conferencia Regional Ministerial de la África Sub-Sahariana sobre la Educación Post-2015, celebrada en Kigali, Ruanda.

“Estoy profundamente preocupado por el hecho de que algunos gobiernos están motivando activamente el crecimiento de la educación privada en la educación básica”, dijo Singh. “La educación no es un privilegio de los ricos y bien-nacidos; es un derecho inalienable de todos/as los niños y niñas. La provisión de educación básica gratuita es una obligación fundamental de los Estados”.

“La privatización de la educación afecta negativamente al derecho a la educación como un derecho y como empoderamiento. Además, se reduce la inversión pública en la educación como un servicio público esencial y puede dar lugar a prácticas abusivas “, subrayó el experto, recordando el informe que presentó ante la Asamblea General de la ONU en 2014.

“Ahora más que nunca, los gobiernos deberían ampliar las oportunidades de educación pública para los grupos marginados, especialmente los y las niños/as de familias pobres”, destacó el Relator Especial.

Sr. Singh observó que, en el contexto de la Agenda de Desarrollo Post-2015 de la ONU, “la educación debe ser de alta prioridad, recibiendo alta inversión pública, en reconocimiento al hecho de que beneficia tanto al individuo, como a la sociedad.”

“Hago un llamado a los gobiernos a que se oponen a la idea de privatizar la educación básica y a que fortalezcan sus sistemas públicos. La educación básica gratuita es la piedra angular del derecho a la educación y no debe ser socavada por la privatización”, dijo.

Descarga el informe 2014 del Relator aquí.

“Sólo la enseñanza pública y gratuita puede acercarnos de la educación para todas las personas”

Esta es la opinión de Max Lawson, coordinador de campañas globales de Oxfam, respecto a las escuelas privadas de bajo costo; el tema ha suscitado amplios debates en razón de una polémica en torno a informe del Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) británico.

Fuente: Con informaciones de The Guardian

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Foto: Oliver Balchs/The Guardian

Las llamadas escuelas privadas de bajo costo, o low-fee private schools en inglês, son un fenómeno que viene en aumento en distintas partes del mundo, sobre todo en África y Asia. Dichos centros de enseñanza privada se dirigen a familias de bajos ingresos, con la promesa de ofrecer una educación de calidad.

Sin embargo, no hay todavía datos suficientes para que se compruebe la calidad de la educación ofrecida por estos colegios. Al respecto, una polémica ha ganado visibilidad en la última semana, gracias a la respuesta de James Tooley, profesor de política educativa en la Universidad de Newcastle, a un informe del Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) británico.

Mientras el estudio de DFID no se ha mostrado conclusivo sobre el tema, el informe de James Tooley, publicado por Pearson Education, trata de defender el modelo de educación privada y escuelas privadas de bajo costo. Los dos informes están basados en otros 59 estudios académicos, la mayoría relativa a países asiáticos.

James Tooley es hoy uno de los mayores defensores de la educación privada y de la reducción del papel del Estado en la educación. Pearson Education, a su vez, es uno de los mayores conglomerados en el mercado de educación privada y en el mercado editorial en el mundo.

Frente a la polémica suscitada por Tooley, importa notar las cuestiones en juego en el contexto en que emergen los dos informes, es decir, un contexto de achicamiento del Estado y de fuerte tendencia de retracción en la ayuda internacional en educación, con amplia incidencia de actores privados interesados en ocupar el espacio dejado por el sector público. En ese sentido, las escuelas privadas de bajo costo representan un mercado que moviliza, solo a través del Affordable Learning Fund de Pearson, 49 millones de dólares.

En reconocimiento al callejón sin salida de esta coyuntura en que los intereses corporativos están tan fuertemente presentes, distintas organizaciones han llamado la atención sobre la importancia de fortalecer la educación pública, con la finalidad de impedir que este derecho deje de cumplirse en función de intereses de mercado. Así, Max Lawson, director de campañas globales de Oxfam, recuerda: “Solo la enseñanza pública y gratuita puede acercarnos de la educación para todas las personas en lugar de unas pocas”.

Recursos:

Descarga el informe de DFID (en inglés).

Lea el informe de James Tooley (en inglés).

Evento: Conferencia Internacional sobre la Privatización en la Educación

El próximo 18 de marzo, en Paris, Francia, el Relator Especial sobre el derecho a la Educación, Kishore Singh realizará una ponencia sobre los impactos de la privatización en el derecho a la educación. Junto con Singh, participa el ex-Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, quien es miembro del Comité sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales actualmente. El encuentro también incluye la presentación de estudios de caso desarrollados en Chile y Nepal.

Evento: Conferencia Internacional sobre la Privatización en la Educación

Realización: The Right to Education Project, Iniciativa Global para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Clinica de Derechos Humanos de Sciences Po Paris.

Inscripciones cerradas.

Chile: diputados/as despachan proyecto de fin al lucro en educación y queda en condiciones para ser ley

En sesión especial Cámara Baja aprobó cambios introducidos por el Senado al proyecto de la reforma educacional. Debate estuvo cruzado por efectos de fin a la selección y el copago.

Fuente: Pablo Cádiz | La Tercera | 26.01.2015

Lee también: Seis claves para entenderlos cambios que traerá el proyecto sobre fin al lucro, copado y selección.

Foto: La Tercera

Foto: La Tercera

En condiciones de convertirse en ley quedó el proyecto de la reforma educacional que busca poner fin al lucro, al copago y a la selección. Esto luego que la Cámara de Diputados aprobara los cambios introducidos por el Senado al proyecto.

Una vez finalizada la votación, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, expresó su “gratitud a los parlamentarios de la Nueva Mayoría e independientes que estuvieron en la misma tesitura del gobierno de que no es posible la calidad sin inclusión, como lo demuestran las mejores experiencias de calidad en el mundo”.

El debate en la Sala estuvo cruzado por los emplazamientos de la Alianza hacia la Nueva Mayoría, desde donde compararon la iniciativa con el Transantiago y aseguraron que el proyecto “nivela hacia abajo”.

La votación, en tanto, se vio dificultada por manifestaciones en las tribunas y la censura solicitada por los diputados de la Alianza hacia el presidente de la Cámara, Aldo Cornejo por haber desalojado sólo a una parte de las tribunas, como fue la Confepa. Tras el incidente, buena parte de los diputados de la Alianza se retiraron de la sala indignados.

“Lo que nosotros hicimos fue mostrar nuestra indignación frente a una reforma que es negativa. Queremos decirles a los apoderados que no están solos”, dijo el UDI Jaime Bellolio tras la votación.

En tanto, el presidente de la Comisión de Educación, Mario Venegas destacó que tras la aprobación “no habrá más lucro. Esto es una tremenda noticia para Chile, para cambiar las bases de un sistema segregador. Con esto se empieza a construir otra historia y con una agravante, que nuestros colegas son bastante malos perdedores”.

“Este proyecto se hace cargo de desmantelar tres pilares de las leyes del mercado en la educación, que son el copago, la selección y el lucro. Hoy día podemos decir por fin que nos estamos poniendo a la altura de países desarrollados que han logrado altos estándares de calidad en sus modelos educativos gracias a que incorporan de manera decidida el criterio de equidad, además de los criterios de inclusión y no discriminación, por lo que obviamente estamos muy contentos”, dijo al diputada del PC Camila Vallejo, quien el 2015 presidirá la comisión de Educación.

Un punto de vista distinto tuvo el diputado de Evópoli Felipe Kast dijo que“estamos muy tristes, porque con este proyecto se le quitó el alma a los colegios emblemáticos. Todos los colegios tienen acá a sus hijos en sus propios institutos nacionales y quieren negarle a la clase media esta posibilidad. Acá estamos negando la meritocracia”.

“Es un buen día para nuestro país, sin perjuicio de algunos detalles con los que no estamos de acuerdo”, dijo por su parte el diputado y ex dirigente estudiantil Giorgio Jackson.

Durante las últimas horas el gobierno hizo intensas gestiones en miras a evitar el escenario de una comisión mixta pues se corría el riesgo de que no se lograra aprobar el texto antes del 31 de enero.

REVIVE ACÁ EL MINUTO A MINUTO DE LA DISCUSIÓN

LOS EJES DEL PROYECTO

-Fin al lucro: El texto aprobado por el Senado señala que los establecimientos que reciban subvención por parte del Estado no podrán perseguir fines de lucro y “deberán destinar de manera íntegra y exclusiva esos aportes y cualesquiera otros ingresos a fines educativos”. Dentro de las acciones en las que se pueden destinar los recursos se encuentra el pago de remuneraciones, adquisición de servicios, materiales o insumos para la gestión educativa; gastos de mantención; pago de hipotecas para adquirir los inmuebles, entre otras.

En este contexto, se aprobó aplicar sanciones administrativas, civiles y penales a quien lucren con fondos públicos en educación. En caso de que un sostenedor destine recursos educacionales para otros fines deberá restituir esos montos. Comprobada la infracción, se le podrá cursar una multa correspondiente al 50% del monto sustraído o desviado. En esta etapa se pueden determinar responsabilidades civiles o penales.

-Fin al copago: Se termina con el financiamiento compartido. De esta forma, el Estado irá aumentando la subvención de manera de ir supliendo el copago que entregaban los padres de los establecimientos particulares subvencionados. Pese a lo anterior, los padres sí podrán hacer donaciones voluntarias a los colegios, las que deberán apuntar a  fortalecer el proyecto educativo.

-Fin a la selección: Se termina con los procesos de admisión a través de las entrevistas a los padres y pruebas de rendimiento.  Para estos efectos se realizará un proceso de postulación centralizado, donde los padres pondrán sus preferencias. En caso de que la demanda supere a la oferta, los cupos se someterán a un proceso aleatorio.

Uno de los puntos más conflictivos durante la tramitación en el Congreso fue el fin a la selección en los liceos “emblemáticos”, como el Instituto Nacional. Si bien en el senado se hicieron gestiones para postergar esta enmienda, finalmente se aprobó el plazo de 5 años para que este tipo de establecimientos deje de aplicar pruebas especiales. Pese a lo anterior, se hace la salvedad de que podrán reservar hasta un 30% de la matrícula para alumnos de alto rendimiento.

Chile: conoce historias de familias que optaron por colocar sus hijas/os en escuelas públicas

Son pocos, pero hay. En un país donde uno de los principales mecanismos para demostrar el ascenso social es dejar atrás los servicios públicos, sea en salud o educación, hay algunos profesionales que, teniendo la posibilidad de pagar por otras alternativas, optan hoy por colocar a sus hijos en colegios municipales. Cinco casos que reivindican esa opción con mucha convicción.

Fuente: Angélica Bulnes y Tania Opazo | La Tercera

Natalia García: “La gente se imagina que es mucho más difícil y precario de lo que es”

Natalia García: “La gente se imagina que es mucho más difícil y precario de lo que es”

A Natalia García no le dan lo mismo los indicadores académicos. Entre el año 2001 y el 2010 trabajó en el Simce y estuvo a cargo del equipo que hacía las pruebas de lenguaje. Hoy es coordinadora del Plan Nacional de Lectura del Ministerio de Educación, y una de las pocas personas de esa institución que ocupando un cargo medio o alto tiene a sus hijos en un colegio municipal.

Este es un tema que -más allá de ella- ha generado cierto debate cuando, por ejemplo, la Confepa acusó de doble estándar a las autoridades del ministerio y de la Nueva Mayoría, porque mientras impulsan una reforma que prohíbe el copago y la selección en los colegios, casi todos educan a sus hijos en particulares. Pero Natalia García no está haciendo una declaración ideológica: “Uno no hace experimentos con los hijos”, dice y explica que los suyos, de 10, 8 y 5, van a la Escuela Salvador Sanfuentes porque ella y su marido, Juan Andrés Dezulovic, creen que es una excelente opción. Los dos mayores no empezaron ahí, sino que en el Liceo Manuel de Salas, que depende de la Universidad de Chile y es visto como una alternativa entre lo municipal y lo privado, aunque cuesta cerca de 200 mil pesos mensuales.

Pero se fueron de Ñuñoa a Santiago y para ellos era importante que el colegio estuviera cerca de su casa. Esa fue la propia experiencia de Natalia que hasta octavo básico pasó por varios establecimientos públicos, porque la cambiaban cada vez que sus padres se movían de barrio. “Por lo mismo yo no tengo eso de que los amigos del colegio son para siempre. Aquí se le otorga demasiada importancia a la vida escolar, pero tal vez es porque en Chile es el origen de tus redes”. Buscando una alternativa laica llegaron al colegio Pedro de Valdivia, y muy rápido sintieron que no encajaban. “Teníamos la sensación de que es un colegio que está seleccionando siempre”. Junto a otra pareja de apoderados que se sentía igual de incómoda fueron a la municipalidad, se reunieron con la alcaldesa, Carolina Tohá, revisaron en la página de la Superintendencia de Educación datos como cantidad de profesores y alumnos por establecimiento, resultados del Simce y se fueron al colegio municipal.

Aunque su marido, abogado de la Universidad de Chile y ex alumno del Instituto Nacional, estaba un poco más reacio al comienzo, no le costó mucho dar ese paso. La Escuela Salvador Sanfuentes, ubicada al frente del Museo de la Memoria, llega hasta octavo básico y dado su buen nivel académico hasta ahí llegan niños de distintas comunas. Cerca de la mitad vive en condiciones de vulnerabilidad, bien distintas a la de los hijos de Natalia, sin embargo, ella explica que hasta ahora ellos no han hecho de eso un tema. En lo académico se ha encontrado con los mismos textos escolares, el mismo método Singapur y contenidos que en el colegio anterior. “La diferencia es que tengo la sensación de que aquí a mis niños los ven más.

Pero aquí no te vas a encontrar los resultados del Simce de un colegio particular que selecciona y tienen a niños de un nivel académico mucho más homogéneo”. Lo que sí les ha costado es el horario vespertino, de dos a siete. “Pero en general creo que básicamente ha sido pura ganancia. Ahora, sí hay que reconocer que te alejas de tu círculo, nosotros, los padres. A lo mejor nos hacemos amigo de otros apoderados, pero es menos probable”, dice y agrega: “Uno está acostumbrado a juntarse con gente que se parece a uno y aquí te encuentras con gente muy distinta.

Eso es parte de la ganancia, pero también a veces dificulta hacer vínculos”. ¿Y qué te dice tu círculo de que tus hijos estén en un colegio público? Ah, bueno, todo el mundo te dice que admira tu consecuencia, que lo haría, hay muchos aplausos.  Les parece bien razonable. Creo que también da cierta confianza que yo trabaje en el Mineduc, que conozca el sistema… Les parece bien, pero para los otros. A mí me cuesta un poco entender que no haya más gente que lo haga. Si yo viviera en Providencia, en Ñuñoa, si vives en Santiago mismo, en Las Condes, es decir en comunas que tienen un nivel socioeconómico mayor, la opción pública es muy buena. Los municipios pagan mejor, tienen buenos profesores, les importan los resultados. Creo que al final hay susto a estar con otros distintos.

Eduardo Santa Cruz: “Un colegio privado habría sido completamente contrario a lo que pienso”

Para Eduardo Santa Cruz, sociólogo que lleva más de 10 años investigando temas de educación, poner a su hija Catalina, de 13, en un colegio público no fue un tema de plata sino que de convicciones: “Es una decisión coherente con lo que pensamos como familia, con cómo vemos el mundo y con el valor que le damos a lo público”. Él se educó en un colegio privado, el Francisco de Miranda, un establecimiento que estuvo muy ligado a la oposición en la dictadura, pero a su hija le tocó entrar al sistema escolar mientras vivían en España, donde él estaba haciendo un Doctorado en Educación. Allí la matricularon en la escuela pública del barrio, y cuando regresaron a Chile, cambiarla a un colegio particular estaba fuera de la discusión.

“Con total conocimiento de cómo son los colegios en Chile queríamos una escuela pública. No era ni por choreza ni por ignorancia, teníamos nuestras ideas claras”.Catalina entró a la Escuela Mercedes Marín de Providencia. Aunque la niña se aburría en algunos ramos -dado que venía con un nivel más alto desde España- Santa Cruz aclara que “no es un mal colegio”.

Rodrigo Calderón: “Mis hijos son de colegio con número, pero no cualquier número”De hecho, la experiencia fue positiva para su hija y nunca consideraron cambiarla. En 2014, cuando ingresó a séptimo básico en el Liceo Carmela Carvajal, las cosas se pusieron “más desafiantes” y tuvo que dedicar mayor tiempo al estudio.Santa Cruz, quien trabaja en la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile y el Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), reconoce que este “liceo emblemático” no representa la realidad de la mayoría de los colegios municipales. “Tengo superclaro que mi hija está yendo a un colegio con particularidades, pero creo que estas son extensibles a más colegios públicos”, dice. Según él, en general los padres dividen el sistema entre escuelas públicas malas y subvencionadas y particulares buenas, lo que a su juicio no es siempre así.

“Nada indica que los colegios subvencionados son mejores que los públicos. Y si tú miras los colegios privados en el mundo no son los mejores”. La diferencia, como se ha repetido mucho en el contexto de la discusión de la actual reforma, está en la casa: “La educación de la familia influye en al menos un 60 por ciento de los resultados académicos, y súmale a eso el barrio donde viven”. Por esto, él cree que los colegios privados son lugares donde “la elite termina de construirse a sí misma” y que un buen colegio, en cambio, debe reflejar la diversidad social. “No me interesa que mi hija se eduque en un club”, asegura.

“Yo creo que a mi hija le beneficia estar en la educación pública, en vez de perjudicarla, como muchos podrían pensar”. Pese a eso, sus familiares y amigos, “muchos de izquierda”, agrega, reaccionan con un silencio incómodo cuando les cuenta que Catalina estudia en un liceo. “Es supertriste, porque en general uno sabe que ellos están pagando por humo en sus colegios. Hay que entender que las escuelas públicas, hoy tan desmedradas, son producto de la lógica del sistema, pero también de que quienes tenemos un mayor capital cultural y económico hemos sacado a nuestros hijos de ahí. Hay que lograr que la gente deje de tenerle miedo a lo público, y para eso se necesita que el Estado no piense más que lo público es para los pobres”.

Rodrigo Calderón: “Mis hijos son de colegio con número, pero no cualquier número”

“Yo soy hijo de un colegio con número, pero no con cualquier número y con mis hijos pasa lo mismo”. No es un gesto de arrogancia el del sociólogo Rodrigo Calderón (51), sino la forma que tiene para explicar que aunque está orgulloso de su opción por colegios públicos también es consecuencia de que pudo acceder a los de excelencia. “Yo me compro esto de la tradición, de la identidad, de lo colectivo, de lo público y todo, pero sería mentira si dijera que defiendo la educación pública a raja tabla porque no es así”, dice el jefe de proyectos de la consultora de ingeniería y medio ambiente POCH.  No siempre fue una opción. Sus dos hijos mayores entraron al colegio San Agustín en Ñuñoa. Pero cuando su segundo hijo tuvo un problema de salud que requería un tratamiento caro, se le hizo cuesta arriba pagar dos colegios y junto a su mujer pusieron al mayor en el Instituto Nacional y al segundo en el Liceo José Victorino Lastarria.

“Sentí que volvía a mis raíces”, dice Rodrigo, pero el ex institutano también se encontró con cambios. Aunque seguía existiendo una identidad ligada a la meritocracia y el rigor, “mi experiencia era la de un colegio donde convivían, por así decirlo, ricos y pobres. El hijo de embajador, con el de un militar y un obrero. Cuando llegué con mi hijo mayor, me di cuenta de que la condición socioeconómica y cultural era más homogénea y de sectores medios bajos y que la motivación principal de los padres era que sus hijos pudieran romper el círculo de la pobreza”. A los dos niños les costó pasar de un colegio más chico a uno en que eran un número más. Tuvieron que validarse, les tocaron las movilizaciones del año 2006, y se involucraron muy a fondo. Pero una vez superada la contingencia económica, y con Rodrigo con un nuevo trabajo que le hubiera permitido devolverlos a un colegio privado, quisieron quedarse. Y cuando llegó el momento de matricular a su hija, la única mujer y la más chica, eligieron una vez más un colegio público, el República de Siria en Ñuñoa.

La principal ganancia para él, ha sido, que sus hijos se han conectado con otras realidades. “Además los colegios públicos generan preocupaciones distintas, en cuestiones más sociales y vinculadas al desarrollo del país”. A veces, eso sí, dice que les pena por ejemplo, la posibilidad de que aprendan idiomas o que se desarrolle en áreas distintas a los ramos de clase. “Estos son establecimientos que están más preocupados del rendimiento académico”, y lo prueba los altos puntajes que obtienen en el Simce, por ejemplo, pero hay otras cosas que suple con clases particulares. Actualmente su hijo mayor acaba de graduarse en economía en la Universidad de Chile, el segundo estudia lo mismo en la Universidad de Buenos Aires y la menor pasa a octavo básico. Tanto adentro como fuera del colegio, él sabe que es un caso excepcional. Afuera porque no conoce ni entre sus compañeros de sociología no de trabajo otro que haya optado por un colegio municipal. Mientras, “en el curso de la Elisa, de los 46 alumnos, debe haber siete u ocho apoderados profesionales”. Por eso, él también siente que está haciendo una contribución a la educación pública, aunque sea modesta: “Si la Elisa, mi hija viene de una familia con un perfil distinto, quizás ella está ayudándole a otros chicos a conocer otras cosas, así como ella también aprende de ellos”.

Rodrigo Sepúlveda: “La escuela pública debe volver a ser el motor del Estado”

Rodrigo Sepúlveda, antropólogo y profesor en la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad de Chile, y Paula Iturra, psicóloga (en la foto de portada), han hecho gran parte de su vida en el Barrio Brasil, en la comuna de Santiago. Su casa queda a dos cuadras de la Alameda y a cuatro del nuevo colegio de su hija, Amanda, de nueve años. La Escuela República del Ecuador, creada en 1891, los acogió cuando la sacaron del colegio Pedro de Valdivia. “Nos aburrimos de una lógica neoliberal de enseñanza. Es como meter a los hijos a un reality desde pequeños”, dice Rodrigo.Para él, el problema fue la obsesión por el éxito del colegio anterior. Todo giraba en torno al método Singapur, el Simce y la PSU.

“El proyecto educativo estaba basado en la discriminación y en presionar a los niños todo el tiempo”. En su opinión, era clave que Amanda perdiera el miedo a lo distinto, que trabajara su confianza en los otros. “Yo trabajo en una universidad donde comparten personas de distintas clases sociales y visiones, y no quería que la Amanda estuviera en un ambiente tan segregado”. Así, la elección del nuevo colegio se basó en sus buenos resultados académicos, pero también en su estilo más cercano y su “impronta republicana”, como la describe Rodrigo. Padre e hija estaban entusiasmados con la idea, pero Paula dudaba. La sicóloga estudió en un colegio privado y siempre se sintió protegida en ese ambiente, pero finalmente cedió e incluso más, se entusiasmó. “Tenía la convicción, racional, de optar por lo público, pero me daba susto, se me apretaba la guata. Finalmente me convencí cuando conocí la escuela, durante la postulación. La flexibilidad y gran trato personal de quienes trabajan ahí me hizo sentir segura”.

La niña llegó ahí en 2014 a tercero básico. Al comienzo le costó integrarse, pero terminó el año elegida como la “mejor compañera” del curso. Ella misma explica que ahora estudia con niñas de distintas nacionalidades. Ecuatorianas, peruanas, una “un poco española”, y otra mapuche, que para ella cuenta también como nacionalidad porque “era el país que éramos antes”. Otras le cuentan que viven en un lugar pobre. “Me di cuenta porque viven en casas pequeñas y tienen que compartir la pieza”. Pero le gusta que sean diferentes, “no como en el otro colegio”.

Rodrigo reconoce que tal vez si Amanda fuera a los llamados “colegios de elite”, que él asume están principalmente enfocados en el desarrollo de los “logros cognitivos”, se notaría la diferencia en términos académicos, pero por otra parte afirma que “hay un montón de cosas que son tan importantes como la escuela”. Por ejemplo, con los 200 mil pesos o más que se ahorran mensualmente en colegiatura, Amanda tomó clases de piano, y en su tiempo libre -la escuela es media jornada- ha tenido tiempo para desarrollar sus hábitos de lectura, su gusto por el dibujo y “construir espacios de juego y búsqueda personal”, dice. “A uno le venden un estereotipo de lo público, de que es mediocre, pero para nosotros todo ha sido sorprendentemente bueno. Es una escuela con número, pero no tratan a los chicos como números”, concluye Paula.

Marco Antonio Coloma: “Si la educación pública lo hizo bien con nosotros, por qué no lo va a hacer bien con nuestras hijas”

En 2009 Julieta, la hija mayor del editor Marco Coloma, entró a primero básico en la escuela El Vergel, de Providencia. Para él y su ex mujer la decisión de colocar a la niña en un colegio público fue más bien práctica. Podían pagar un colegio particular aún a riesgo de quedar más ahogados en el presupuesto, pero como ambos se formaron en el sistema público, y desconocían cómo eran los colegios privados, tenían la impresión de que “pagar por educación era básicamente pagar por relaciones”, explica.

Cuando la matricularon, la educación pública no era un tema con tanta fuerza en la agenda, pero tras las movilizaciones estudiantiles de 2011, su opción, dice Coloma, cobró más sentido. “Hoy, con más información y conciencia de lo que está pasando, con mayor razón tomaríamos la misma decisión”. Por esto, cuando fue el turno de matricular a su segunda hija, Emilia, optaron por el mismo colegio. Ahí, dice, ambas han sido felices “conociendo el mundo tal como es, a diferencia de los guetos privados que lo muestran sin la complejidad que tiene”. Él mismo notó en los apoderados gran diversidad; contadores, microempresarios y peluqueras eran parte del grupo, todos con “mucha voluntad por participar”.

Pero Coloma, hoy director de la agencia de servicios editoriales Tipográfica y profesor del Magister en Edición de la Universidad Diego Portales, reconoce que vivir en Providencia no dio lo mismo al momento de elegir, porque no en todas las comunas tienen establecimientos municipales de buen nivel. Y aunque está contento con la calidad de enseñanza que las niñas reciben, dice que hay falencias. La primera, el inglés, que es básico, y él cree es una de la razones por las que otros papás no se atreven con los colegios municipales y “pagan una colegiatura de 200 mil pesos, para que su hijo salga bilingüe”. Por esa misma razón, están considerando clases particulares de este idioma para Julieta, quien este año entra el Liceo 7. “En esas cosas me gustaría que la educación pública compitiera con la privada”, agrega.Se queja también de las clases de religión. No entiende por qué en una escuela laica las hay, ni tampoco que las niñas que no quieren asistir a esa clase tengan que quedarse al fondo de la sala mientras las otras tienen ese ramo.

“Esas horas se podrían aprovechar en otra disciplina. Además, me molesta que mi hija chica llegue a veces cantando canciones religiosas”. La falta de infraestructura deportiva también le preocupa, ya que no tienen una cancha y tienen que ir a un centro deportivo de la municipalidad para las competencias. Sus hijas no son muy deportistas, pero por eso especula que si hubiesen tenido más acceso y espacios para la práctica, quizás habría sido distinto.Aún así, Coloma está orgulloso de que las niñas estén en la educación pública, pero no ofrece lecciones ni juicios para los demás: nadie debería meterse, opina, en qué colegio pone a sus hijos el resto, ni siquiera tratándose de los que están diseñando la educación pública del futuro. “Los hijos son los hijos, y si además tienen la plata, cada uno verá dónde los educa”.

Los hijos del video

En noviembre pasado, el Mineduc lanzó un video en defensa de la educación pública titulado Educación Pública. Un derecho. Un orgullo y que cierra con la frase “Yo me matriculo en la educación pública”. En él aparece, entre otros personajes, el músico Horacio Salinas y el escritor Antonio Skármeta. ¿Dónde estudiaron sus hijos?Beltrán y Gabriel, los hijos mayores de Skármeta, tenían unos cinco o siete años cuando dejaron el país después del golpe de Estado.

“Si no hubiera habido, cómo llamarlo elegantemente, esa interrupción, probablemente habrían crecido libres y felices, y hubiera tratado de que estudiaran en el colegio donde yo estudié, el Instituto Nacional”, dice el último Premio Nacional de Literatura.Fabián (25), hijo de su matrimonio con Nora Maria Preperski, en Alemania, también recibió educación pública en ese país, “donde los profesores aspiran a trabajar ahí porque están excelentemente pagados, tienen la posibilidad de seguir perfeccionándose, horarios humanos y extensas vacaciones”, dice. Al llegar a Chile, Fabián ingresó al Colegio Alemán Sankt Thomas Morus para mantener el idioma.

Según Skármeta, Chile tuvo educación pública de calidad antes de 1973, la perdió y debe recuperarla. “Los padres echaron mano a los colegios de calidad que tenían al alcance. Lo que se está haciendo es un movimiento para el futuro, entonces no se puede acusar a los padres que no mandaron a sus hijos a la educación pública de calidad porque no la había”, asegura. Por su parte, los tres hijos de Horacio Salinas estudiaron en establecimientos privados. Camilo Salinas (38) en la Scuola Italiana y en el colegio Francisco de Miranda. Martina (28) y Manuela (27), en el Colegio La Girouette. “No veo una contradicción entre lo que escogí y lo que deseo. Por eso estoy por fortalecer la educación pública y sobre todo que sea de calidad. Deseo que la educación no sea un bien de consumo y que en el futuro, personas como yo no se vean en la obligación a escoger instituciones privadas cercanas a la casa”, concluye.

Chile: para Fernando Atria, reforma educacional “es un proyecto histórico, extraordinariamente importante”

A su juicio, con esta iniciativa el país “esta recuperando el sentido común” tras una lógica de privatización.

Fuente: CNN Chile

Fernando Atria, experto en educación, en entrevista con CNN Chile profundizó en la discusión sobre el proyecto de inclusión impulsado por el Gobierno de Michelle Bachelet, destacando que en términos generales “uno debería decir que este es un proyecto histórico” con un paso “bien decidido” en la transformación de la educación desde una mercancía a un bien social. “Es extraordinariamente importante”, destacó.

Asimismo, explicó que la iniciativa hará que se piense sobre educación “de una manera distinta” y que a futuro se cuestionará la actual institucionalidad con sus problemas de selección, financiamiento y segregación, a partir de la privatización.

“Alcanzamos un nivel prácticamente único en el mundo de llegar en esta vía de privatizarlo todo”, recalcó. “Es prácticamente inédito en el mundo y estamos recuperando nuestro sentido común”, agregó Atria, expresando que durante la discusión en el Senado se perdió el foco sobre el objetivo de cambiar la forma en que se discute sobre educación.

Asista a la entrevista, en video:

“A presença de sistemas de ensino privados nas escolas públicas enfraquece as comunidades educativas enquanto sujeitos ativos e criadores”

Versión en español

Foto: Roberto Parizotti/Secom CUT

Foto: Roberto Parizotti/Secom CUT

Com vistas a debater as múltiplas tendências e os impactos do “Edu-business” para a realização do direito humano à educação, #Contracorriente entrevistou a pesquisadora da Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP), Brasil, Theresa Adrião, e o pesquisador Gustavo Paiva, da ONG Ação Educativa, ambos co-autores do estudo Sistemas de Ensino privados na educação pública brasileira: consequências da mercantilização para o direito à educação, realizado no âmbito da PERI (Privatization in Education Research Initiative) da Open Society Foundations. A pesquisa contou ainda com a participação das pesquisadoras Raquel Borghi, Teise Garcia e Regiane Helena Bertagna, e do pesquisador Salomão Ximenes. Acesse a página com uma síntese dos dados da pesquisa: http://www.observatoriodaeducacao.org.br/mapas/#/

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CLADE lanza consulta sobre la gratuidad de la educación básica en América Latina y el Caribe

La investigación analiza el cumplimiento de la gratuidad de este derecho en la región a partir de estudios de caso en Colombia, Guatemala, Honduras y Paraguay

capa_gratuidadLos marcos internacionales sobre la gratuidad del derecho humano a la educación, específicamente: la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) y el Protocolo de San Salvador (1988), reconocen que la enseñanza primaria debe ser obligatoria y estar disponible gratuitamente para todas las personas. También establecen que la enseñanza secundaria y superior debe estar accesible para todas y todos, implementando progresivamente su gratuitad.

Asimismo, las constituciones, leyes generales de educación y otros dispositivos de los Estados de América Latina y el Caribe han incorporado este conjunto de obligaciones. Sigue leyendo