“A lo largo de aproximadamente diez años, las multinacionales han hecho inversiones en gran escala en lo que consideran el lucrativo mercado de la educación en los países en desarrollo. ¿Su estrategia? Proponer escuelas a bajo costo para los pobres. La ONU está preocupada por la privatización que exacerba las desigualdades”.
Así comienza el texto de Sylvie Ducatteau al periódico francés l’Humanité. El reportaje discute las características del modelo de educación que se viene estructurando alrededor del concepto de escuela privada de bajo costo y que, según sus defensores/as, constituiría una solución frente a las brechas dejadas por el sector público en la educación en los países en desarrollo.
Dichas escuelas, cuya proposta es ofrecer educación a un valor bajo a las familias más vulnerables económicamente, suelen alojarse en edificios prefabricados sin estructura adecuada para impartir clases, utilizando paquetes con contenidos estandarizados. En la opinión del investigador Sylvain Aubry, entrevistado por el reportaje, “este es el sistema de McDonalds aplicado a la educación. Aprenda la misma cosa al mismo tiempo y en cualquier lugar”.
El texto también presenta datos importantes: se estima que los sectores educativos, público y privado, movilizan recursos del orden de los 4 billones de euros. Los 100 millones de niñas y niños que no asistido jamás a la escuela y los 800 millones de personas adultas sin alfabetizarse representan, para dicho mercado, clientes potenciales. Ante ello, el artículo recuerda que más allá de la visión de mercado, distintos organismos han abogado por el fortalecimiento de la educación pública. El Relator Especial sobre el Derecho a la Educación de la ONU, Kishore Singh, por ejemplo, afirma que es una gran injusticia social el hecho de que muchas familias no puedan tener la oportunidad de mejorar su situación social a través de la educación.
Lea el reportaje aquí (en francés).